viernes, 23 de noviembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 24


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 24
UN NUEVO CAMINO A LA SANTIDAD



“A quien quiera seguir de cerca al Divino Maestro con las observancias de los consejos evangelicos esta habierta la casa de San José.”. (San José Marello)



El 14 de marzo de 1878 en la capilla del orfanato del Michelerio en Asti cuatro jóvenes, de los cuelas conocemos los nombres: Jorge, Pedro Luis, Vicente, Luis (en italiano: Giorgio, Pietro Luigi, Vincenzo, Luigi) aceptaban del sacerdote José Marello la invitación a empezar una nueva, moderna sociedad religiosa, que más tarde sería la congregación de los Oblatos de San José.

Era un gesto de gran coraje, porque no les hacia ninguna promesa de futuros triunfos; más bien todo parecía que terminaría en una pobre aventura, tanta era la pobreza.

Pero aquí estaba la característica de la nueva obra: exactamente en estar desligado de todo estorbo y traba material, para un lanzamiento desinteresado y total.

No hubo ningún vino de honor para celebrar la fecha, la “miseria” no admitía ningún despilfarro. El cuarto donde los cinco habían izado su bandera contenía muy pocas cosas. Lo más sobresaliente, que era centro y símbolo de todo: una estampa de San José, sin marco.

Pero San José era, por voluntad del fundador, el titular, el Gerente, el empresario de la nueva sociedad. Era el Modelo que debían dar el nuevo estilo de apostolado que constituía la base de la congregación.

José Marello quería proponer al mundo la bellísima familia de Nazaret y la nueva sociedad tenia que hacer revivir las grandes glorias de la Sagrada familia: trabajo, silencia, Amor.
Más que todo amor de familia. Dios siempre ofrece nuevas formas de Santidad a las nuevas civilizaciones.

El Michelerio era un orfanato fundado en 1860 por el Can. Cerruti y la señorita Michelerio y trasladado al nuevo edificio del Gesú en enero de 1873, antiguo convento franciscano, expropiado por el gobierno italiano años antes, y ahora comprado con el permiso de la santa sede para devolverlo a uso religioso.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 23


Semáforo 23
FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 23
VERDADEROS FRENOS “DE PODER”



“Seamos mansos de corazón, practiquemos la mansedumbre, la humildad, la dulzura: se gana más con la dulzura que con la rudeza. Aprendamos de nuestro Divino Maestro que era toda dulzura y suavidad.”. (San José Marello)




También esta vez es don Cadario quien nos habla. Esto pasó en el comedor del seminario de Asti.
Aquel día me tocaba a mi leer durante el almuerzo, como se acostumbraba hacer en los seminarios y los internos en aquel tiempo durante la comida…
Todo seguía normal hasta un cierto momento. Después no sé qué me vino en mente. En lugar de leer del libro que yo tenía en manos, empecé con bastante malicia a inventar “historias” muy extrañas… entre otras cosas saqué la historia de un rey de África que hacía tonterías y media; en fin, yo estaba diciendo fanfarronadas de tal magnitud que todos se pusieron a reír. Yo mismo e sentía arrastrado por las carcajadas de los seminaristas y no podía seguir adelante.
El Can. Marello que controlaba la discplina se me acerco con la cara encendida.
En verdad yo esperaba, todos esperaban, un cocacho o una bofetada, un gesto violento que yo me había merecido.
Nada. Me miró largamente, yo leía en sus ojos un disgusto tan grande… me quede muy mal, peor que si me hubiera castigado. Me hizo volver a mi asiento.
Ya no pude comer: el silencio se apodero de todos hasta terminar el almuerzo.
Yo sentía que había hecho una muy mala fugada y algunos de mis compañeros me lo hicieron notar.
Después del almuerzo fui a buscar al canónigo:
- Señor Canónigo, grite llorando, no volveré a hacerlo.
- Por supuesto, -respondió sonriendo-. No debes hacerlo nunca jamás. No le gustaría al Señor.

Pero paso tiempo antes que dejara de llorar amargamente. Esta forma de autocontrol de Marello creo que salvo al muchacho de una posible mala reacción. Al fin, había si o solo una broma.


Es cosa buena dejar que pase la cólera antes de castigar.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 22


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 22
AMOR A LA JUSTICIA


“Desprendamos el corazón de las cosas de la tierra: los esfuerzos, los sacrificios que tenemos que hacer no son nada en comparación con la paz del corazón y la recompensa eterna que nos da el Señor”. (San José Marello)



José Marello respetaba la justicia escrupulosamente. Con respeto a esta virtud tenemos un acontecimiento muy bonito, como lo cuenta el Hno Benedetto Coppo, una de las figuras mas simpáticas y alegres de los Hermanos Coadjutores.
Hay que saber que el Hno. Benedetto no era solo el sastre del Instituto de Santa Chiara, era también el maestro de ceremonias y gran sacristán en nuestra iglesia. ¡Una iglesia a la cual le hacía falta muchas cosas! Y así el Hno. Benedetto se las ingeniaba para juntar cuanto necesitaba para las sagradas ceremonias.
Como él tenía mucha amistad con el sacristán de la catedral de Asti, el Señor Ferraris, un día le dijo:
- Escúcheme, ¿no tiene usted, señor Ferraris, un cáliz de segunda mano para prestarme para Santa Chiara?
Ferraris, que para el Can. Marello habría hecho cualquier cosa, pensó un momento; y después dijo:
- Para Santa Clara tengo todo. Venga, Venga.
Y regalo al Hno. Un cáliz de metal repujado, que ya no se usaba.
- Tome esto; no es nuevo, pero está todavía bueno. Aquí hay tantos y esto no sirve. Nadie se dará cuenta de la falta, estoy seguro.
Pero el Can. Marello se dio cuenta inmediatamente al ver aquel cáliz nunca ante visto en la sacristía de Santa Chiara.
- Hno. Benedetto, -dijo-, ¿Cómo es que esta aquí? Me parece haberlo visto en la sacristía de la catedral…
- Sabe, Padre, me lo ha dado el señor Ferraris, porque allá no lo necesitan. Se lo he pedido yo…
Hno. Benedetto, no es una cosa justa. El Señor Ferraris no está autorizado a hacer regalos de esa clase. Ahora habrá que indemnizar a la Catedral.


Y así se hizo, naturalmente él lo hizo.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 21


FRENTE AL SEMÁFORO
RESPETO A LOS JÓVENES
Semáforo 21


“Que San José nos enseñe como cuidar a nuestros alumnos, o mejor, que ellos mismos los cuide”. (San José Marello)




Lo cuenta Don Pedro Cadario, en aquel tiempo alumno de madia en el seminario de Asti. Así dice el:

“En 1974 el Can. Marello era profesor de religión en el seminario. Su hora de clase era la más esperada.

Pero una vez yo, joven seminarista de Castagnole Monferrato, pienso que no había podido prepararme para la siguiente clase de historia. Mientras Marello explicaba su lección, yo, medio escondido detrás de un alumno, me puse a estudiar historia.
El profesor que tenía los ojos bien abiertos controlando a los alumnos con la mirada, fácilmente se dio cuenta de lo que estaba haciendo yo.

No me grito: pero me di cuenta que me había descubierto. Me esperaba una pregunta repentina que me habría hecho hacer un papelón ante todos ms compañeros… empecé a ponerme rojo, agitado por el miedo.

No paso nada. Pensé que me llamaría al salir de la clase para darme una buena reprimenda. Así se hacía en aquel tiempo. Nada.
Mi conclusión fue que él no se había dado cuenta, probablemente, y que mi miedo era fruto del remordimiento de la conciencia.
Pero al terminar la lección siguiente, el Can. Marello hablo con tanta fuerza del deber de prestar atención a la lección del catecismo, que yo entendí muy bien que el indirectamente hablaba de mí: habían querido corregirme sin avergonzarme ante los alumnos.
Nunca pude olvidar tanta delicadeza hacia mí, que era solo un muchacho.

Como se decía antiguamente: al muchacho se le debe el máximo respeto.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 20


FRENTE AL SEMAFORO
¡QUE BIEN ORA!
Semáforo 20



“Que nuestra boca este siempre llena de las alabanzas de Dios, empezando en esta tierra el himno de alabanzas que esperamos continuar eternamente en el cielo”. (San José Marello)




- Mira, con que devoción reza aquel sacerdote debe ser un verdadero santo.
Así decía la gente de Castagnole Monferrato, mirando a José Marello en oración.
- Para conocer al canónigo Marello, bata fijarse en la modestia y compostura con que reza él el oficio divino.
Esto lo decía a los canónigos de Asti, gente que sin duda era toda una autoridad en estos asuntos.
- Ustedes los Oblatos tiene en su fundador y superior un modelo de las sagradas ceremonias. Así decía a nuestros clérigos el maestro de ceremonias del seminario de Asti.

Cuando los seminaristas iban a la catedral de Asti para las ceremonias litúrgicas solemnes, muchos trataban de ponerse en posición favorable para contemplar al canónigo Marello: como rezaba en el coro, erguido, sin apoyarse nunca, exactamente como uno que sabe que se encuentra en la presencia real de Dios.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 19


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 19
LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA 



“Jesús nos ha dado así mismo en el santísimo Sacramento, permitiéndonos recibirlo cada día. La Eucaristía nos une realmente a Dios y es nuestro paraíso”. (San José Marello)



La Santísima Eucaristía era verdaderamente el polo de atracción de los sentimientos del Marello.

Entre otras cosas exigía que el altar en que se conserva el santísimo Sacramento fuera cuidado con el máximo orden y par esto no escatimaba gastos.

“La gente, - decía de él-, al ingresar al templo debe captar en seguida donde habita Jesús Sacramentado.”

Todavía clérigo se había hecho propagador de la comunión frecuente: lo que en aquel tiempo era algo raro, por algunas ideas rigurosas que circulaban también en los seminarios e institutos religioso: ideas que exigían una forma equivocada de respeto a la Eucaristía.

José Marello, todavía clérigo había sido cuestionado por unos superiores por su manía presuntuosa de recibir con frecuencia la comunión. 

Como sacerdote fue apasionado divulgador de la Santa Misa.
En el mes de febrero de1887 la ciudad de Asti fue sacudida por un temblor. Mientras él en la capilla de santa Chiara estaba celebrando la misa y estaba por repatir la comunión un sacudon alarmo a los fieles: estos asustado se echaron a correr hacia las puertas el miedo y el griterío eran grandes: el canónigo Marello se quedó parado ante el altar, sereno y tranquilo.

- Calma, calma, - repetía-, no tengan miedo. Salgan; como quieran, pero con calma. Estamos siempre en las manos de Dios.
Y tranquilamente termino la misa. El no olvidaba que Jesús en la Eucaristía es una persona viva.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 18


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 18
VISITA A LA CARTUJA



“Oremos, estos días la oración es el más grande y poderoso apostolado”. (San José Marello)



En 1876 José Marello fue a visitar la Cartuja de Pavía, un famoso y artístico monasterio de los cartujos.

En ese tiempo la cartuja no estaba abierta al Publio, y en ella no se celebraba ninguna función religiosa. En efecto, los cartujos habían sido expulsados por el gobierno. Hasta la hermosísima iglesia había sido convertida en almacenes del estado.

Esto es lo que paso en la visita de José Marello, como describe el Señor Sasso, custodio de la cartuja.

- Después de dar una vuelta por la iglesia (ya no iglesia), el canónigo Marello se fue al coro y se puso de rodillas. Oraba con tanta devoción que yo me quede maravillado; nunca había visto un sacerdote orar así en una Iglesia…

Casi sin darme cuenta me puse de rodillas yo también.
Cuando se puso de pie le pregunte, por curiosidad quien era.
- Un canónigo de Asti, me contesto. Eso, nada más.

Pero su imagen se quedó grabada en mi memoria y lo reconocí unos años después, durante cuando un viaje de Acqui tuve que presentarme al Obispo: era él, él mismo…

Recuerdo que dije al canónigo Mazzatti:
- Acqui tiene la dicha de un obispo que reza con mucha devoción.