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miércoles, 3 de febrero de 2021

SEMÁFORO N° 32 - AMIGO DE LOS TRABAJADORES - SAN JOSÉ MARELLO


Semáforo 32
AMIGO DE LOS TRABAJADORES

"Más vale un pensamiento de caridad que sale del corazón del Cottolengo, que miles de proyectos filantrópicos que se quiere promover a costa de millones de exprimidos de las venas del pueblo"

San José Marello

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La bondad de Marello no se limitaba a los pobres, enfermos. Se extendía a todos los que se consideran "necesitados". Por consiguiente también a la gente del trabajo especialmente en aquel tiempo cuando los trabajadores no gozaban de la protección de la que gozan ahora.

Particularmente como secretario del Obispo habrá tenido que entrar en las fábricas no pocas veces, y no precisamente como la sombra del Obispo. Su presencia debe haber sido activa en bien de los obreros, de los trabajadores.

Esto nos enseña un testimonio muy preciso que nos trae nuestro cohermano don Jacinto Carreto, cuando trabajaba como capellán de Trabajo.

Recuerdo, dice él, que como capellán de Trabajo tomé parte en una ceremonia pascual de una fábrica de Asti...

Hablando con los obreros, uno de ellos, habiendo oído que yo era de los Oblatos de San José, fundado por Mons. Marello, dijo:

- Hace muchos años tu Fundador trabajaba por nuestra casas; nuestros ancianos lo recuerdan como un apóstol eficiente que supo hacer mucho bien para nosotros.

Desafortunadamente la memoria de ellos no nos ha dejado ningún caso concreto sobre el asunto.

 

miércoles, 25 de noviembre de 2020

FRENTE AL SEMÁFORO - VIDA Y OBRAS DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO N° 31 - ELLOS SON MI ALEGRÍA

 


Semáforo 31
ELLOS SON MI ALEGRÍA


"Tenemos que sufrir muchas contrariedades en el cuerpo y en el espíritu, pero ésta es nuestra misión: llevar generosamente la cruz siguiendo las huellas de nuestro Maestro"

San José Marello

No hay duda de que José Marello, joven sacerdote habría podido tener una espléndida carrera. Rico en dotes intelectuales y humanas podía verdaderamente medrar.

Mucha gente subrayaba esta riqueza de mente y capacidad y no podía entender cómo había podido sepultarse en Santa Chiara, donde su vida no tenía ninguna de las características que según el mundo hace la vida bella y regalada.

Las "dignidades" eclesiásticas le caían como un vestido de lujo del que él habría podido gloriarse. El las usaba sólo como un motivo más para servicio de la diócesis. No las buscaba, no le gustaban, no hacía alarde de ellas.

También para sus amigos y compañeros era un absurdo que tuviera escondido tantas dotes.

- Podría resplandecer en la diócesis, en la Iglesia, decían, podría avanzar mucho en camino de la gloria y prefiere sepultarse entre esos viejos.

En cuanto a esos "viejos" del asilo de Santa Chiara, José Marello los visitaba con frecuencia, llevándoles todo el consuelo y la ayuda espiritual y material que podía, junto con una sonrisa bondadosa.

Los santos saben conocer los verdaderos valores, no los falsos que la gente aprecia: ellos saben escoger los valores que no se pierden nunca, lo que vale una eternidad.

domingo, 26 de julio de 2020

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 30


Semáforo 30
DESPACITO CON LOS CASTIGOS


"Pidamos al Señorque nos dé un corazón ancho y lleno de dulzura.
Hay que ser fuertesy amables como San Francisco de Sales"

San José Marello


En el examen final, cuenta don Sabbione, yo y mi amiguito, habíamos terminado la traducción del latín bastante rápido; de todos modos, antes que todos los demás.

Don Cortona, que estaba de vigilante se acercó imaginando que habíamos plagiado. Después de unas duras preguntas, muy poco convencito de nuestra inocencia, como castigo nos mandó a la Iglesia.

- ¡Vayan a la Iglesia, rezarán el Rosario entero!, -fue la orden-. ¡No vendrán al comedor antes de haber terminado todas las 150 Ave Marías! ¿Entendido?

Faltaba más o menos diez minutos para el almuerzo y mi amigo me dijo:

- Oye,  ¿cómo se hace para rezar un Rosario entero y llegar a tiempo al almuerzo?

- Bien,  -le contesté-, yo tengo una idea...

- Dilo rápido, que el tiempo corre.

- Escúchame. Hagamos así: Yo digo "Ave" y tú contestas "Santa". En pocos minutosvamos a terminarlo todo.

- ¡Magnífico! Vamos, tú empiezas, me contestó, entusiasmado por mi secreta intervención.

Así hicimos. Después, como si nada, salimos de la capilla al patio, Don Cortona estaba alerta.Tenía un ojo que no fallaba.
Como si nada, caminábamos hacia el comedor: pero mirando con la colilla del ojo lo veíamos que se acercaba: era alto, medía casi dos metros.

Pronto nos bloqueó:
- ¿Han rezado el Rosario entero?
- Claro, contestamos con la cara tranquila.
- ¿Y cómo han podido hacerlo en seis o siete minutos? preguntó desconfiado y mirando el reloj.

Puestos entre la espada y la pared, después de echar una ojeada al amiguito y conseguido su consentimiento, descubrí el secreto.

Don Cortona estalló en una carcajada que llenó todo el patio. Cuando se calmó nos dio un ligero manotazo a cada uno y nos mandó al comedor. Después se fue a contarle al Padre.

Nosotros lo vimos reírse en gusto y decir a don Cortona:
- La culpa es tuya. En lugar de castigarlos, debías haberles dado un premio y aprende a no dar castigos imposibles.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 29

Semáforo 29
¡DINERO, DINERO, DINERO!


"Quien no desea nada de este mudo, es dueño de todo"
San José Marello

Había momentos, dice don Cortona, en los cuales la crisis económica se hacía desesperada. Estábamos todos aterrorizados frente a una perspectiva de miseria, y ¿por qué no? de quiebra de la obra.

Era siempre el mismo problema, ¿dónde encontrareldinero? Santa Chiara gastaba un montón de dinero día a día. Sólo él estaba siempre tranquilo.

Las cosas tuvieron un matiz más alarmantecuando Mons. Marello salió para Acqui. Entonces me tocaba a mí -dice don Cortona- pensar en la economía y a veces me parecía que iba a perder la cabeza.

Cierto día, empujado por los urgente problemas económicos y por algunos proyectos míos, tomé la decisión de viajar a Acqui para exponerle la situación.

Así hablando me vino a la mente decirle:
-Don Bosco en Turín simepre pide dinero para sus obras...
Mons. Marello pronto me contestó:
-Sí, y el Beato Cottolengo no pide nunca!.

Quería decir que cada uno tiene que seguir también en esto el impulso de su conciencia.Y su conciencia era de no pedir. No quería de ninguna manera molestar ala gentecon colectas fastidiosas, abusando de la paciencia de la buena gente.

A este respecto el Can.Carlo Morra decía a nuestro cohermano Jacinto Carretto:
- Los Oblatos no hacen como ciertas familias religiosas que siempre andan pidiendo y buscando dinero. Mons.Marello no lo habría permitido. Ese sí, que era un santo, y confiaba sólo en Dios.

miércoles, 22 de enero de 2020

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 28

FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 28
SAN JOSÉ: HE AQUÍ NUESTRO PROTECTOR



"Diremos pues a nuestro gran Patriarca. Aquí estamos, todos para Ti; sé Tú todo para nosotros. Tú nos indicas el camino, nos sostienes en cada paso, nos guías a donde la Divina Providencia quiere que lleguemos".

San José Marello


San José era el dueño de la Congregación y además era el gigantesco Modelo. Lo había escogida no sólo porque llevaba su mismo nombre, y por ende por una simpatía humana; sino sobretodo porque el santo Carpintero tenía la máxima estima.

Por es los nuestros lo consideraban el responsable de toda la marcha: aquél que tenía en sus manos los "destinos! próximos y remotos de la Congregación. Por consiguiente el Padre quería que todo se refiera a Él, siempre.

José Marello, cuando había problemas al a vista solía repetir un extraño estribillo:
San José nos ha puesto en este enredo: San José nos sacará de el.

Era una frase muy fuerte, para otros podría haber sido de mal gusto: para José Marello era un auténtico acto de fe, total.

Igualmente le gustaba mucho aplicar a San José lo que Napoleón decía de sí mismo, para animar a sus soldados:  ¡Je suis Napoleón: ne tremblez pas, ne tremblez pas! ¡Yo soy Napoleón, no tengan miedo, no tengan miedo!

José Marello imaginaba que San José repetía, con los debidos cambios, naturalmente, las mismas palabras.

Su altísima estima para el Santo lo había llevado a saludar con gozo el nuevo Título que Pío IX le había ofrecido durante el Concilio Vaticano I, proclamándolo Patrono de la Iglesia Universal.

Sus invocaciones al Santo no eran un brillo fugaz de devoción, eran auténtica y constante confianza que emanaba de una grande y profunda convicción, una fe en el Santo.

En su última carta a los Oblatos el 4 de marzo de 1895 en el peligro gravísimo de la Congregación termina diciendo:

-"Quédense todos con buen ánimo bajo el manto paterno de San José, muy seguro refugio "in tribulationibus et angustiis" también para su muy afectísimos

+Joseph Episcopus.

Autor: Padre Mario Pascolo OSJ

lunes, 20 de enero de 2020

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 27


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 27
LEY SUPREMA: LA OBEDIENCIA

"Sean  obedientes siempre, también cuando la obediencia pida grandes sacrificios"
San José Marello


También a nuestros primeros Hermanos les habría gustado tener, como los grandes institutos religiosos, reglas bien exactas, y pedían con insistencia al Fundador que redactara un cuerpo de leyes que trazaran la verdadera imagen del Oblato de San José.

Cierto día, quizás molesto por la insistencia de sus Oblatos, José Marello les dijo:

- Al Beato Leonardi, fundador de los sacerdotes de la Gran Madre de Dios le rogaban sus religiosos que escribiera las Reglas del Instituto, lo mismo que hacen ustedes ahora. El Beato Leonardi condescendiendo a sus insistencias los juntó un día, tomó una hoja de papel y dijo: ¡Vamos a redactar las Constituciones!
Todos estaban contentos: al fin habían ganado.

El Beato los dejó algunos momentos en su alegría esperando que se callaran. Después, en la hoja de papel escribió una sola palabra, pero con letras muy grandes: OBEDECER.

Yo, por el momento, -concluye Don Marello- les digo lo mismo: OBEDECER.

Estaba convencido de una verdad profunda: la más grande fuerza de cualquier asociación está en la obediencia. Por supuesto una obediencia inteligente, aceptada con alegría.

más tarde, cuando ya era Obispo, encargará a los primeros Oblatos poner por escrito las Reglas como ya se practicaban en Santa Chiara; asíi consta en la carta N° 170 "A don Giovanni, que estudie él también junto con don Baratta "regulas constituendas". A mí, a pesar de toda la buena voluntad, me falta tiempo" (Nov. 1889).


Autor: Padre Mario Pascolo OSJ

lunes, 26 de noviembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 26


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 26
LA LITURGIA ES UNA COSA SERIA


"Sean siempre obedientes, también cuando la obediencia pida grandes sacrificios"
San José Marello




Un día San José Marello discutía amablemente con los cohermanos: se trataba de un cierto punto de liturgia: estaba presente también don Bosso, Superior de la Pequeña Casa del Cottolengo de Turín.

Don Bosso esa sucesor de don Anglesio con quien José Marello se había aconsejado al tomar la decisión de fundar la Congregación de San José.

La discusión seguía adelante, mientras nadie ganaba, nadie perdía. José Marello estaba de acuerdo con lo que sobre el asunto había decidido la Sagrada Congregación romana. Otros interpretaban de otra manera.

A un cierto momento don Bosso intervino para terminar la discusión autoritariamente:
- ¡Nuestro Venerable Cottolengo,  -dijo- hacía así y así, y basta! Entonces ésta es la manera correcta.

Cuando había ya salido don Bosso, José Marello habló a los hermanos que se habían quedado con la duda sobre la interpretación arbitraria:

- El Venerable Cottolengo ha preferido actuar de esa manera. Pero nosotros debemos obedecer a las normas litúrgicas que la Sagrada Congregación de los Ritos nos ha dado.



viernes, 23 de noviembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 25


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 25
¡QUE FE, AMIGOS, QUE FE!



“Hay que avivar la fe, ésta es la antorcha que debe abrirnos los nuevos y difíciles senderos de la virtud”. (San José Marello)



El Señor Cerrato era un ciudadano de Asti, rico, o, a lo menos, de condición holgada. En una fase ya avanzada de su vida decidió abrir un hospicio para ancianos e inválidos, institución que mucho se deseaba en la ciudad de Asti.

Todo caminaba bien por un cierto tiempo. Pero la obra creció demasiado rápido, creando un motón de problemas de economía y administración, y el señor Cerrato no podía sostenerla. También porque su edad seguía avanzando velozmente y la salud no lo acompañaba mucho.

No tenía ningún deseo de ver su obra malograda. Y así tomó la decisión de buscar a alguien dispuesto a cargar con la responsabilidad económica y moral de la obra.

El párroco de la catedral de Asti a quien el señor Cerrato se había dirigido, porque la obra se encontraba en su jurisdicción, comprendió de inmediato que la única persona capaz de aceptar y dirigir la obra era el Canónigo Marello que poco antes había fundado una congregación religiosa.

Por eso el Can. Sardi, párroco de la Catedral y el señor Cerrato fueron a visitar a José Marello.

En verdad, éste que ya estaba sobrecargado de trabajo y responsabilidad, habría podido, y tal vez, debido contestar negativamente. Tenía ya tantas preocupaciones por la nueva institución religiosa de los Oblatos, que apenas empezaba a caminar.

En conciencia, según nuestro parecer, podía amablemente, pero con firmeza, contestar que no era posible. En cambio, a pesar de los miles de motivos en contra, contestó inmediatamente con un bonito "sí".

Su corazón no podía negarse a una obra que era la mejor realización de aquella bondad que la mamá le había infundido en los años de su infancia. Además él tenía fe en Dios, en la gran Providencia, de la cual esperaba grandes ayudas también para la Congregación.

En media hora el asunto, económicamente una locura y humanamente imposible, fue concluido, y sobre los hombros del joven sacerdote cayó la avalancha de otras mil preocupaciones.

¿De dónde, por otro lado, sacaría tanto dinero para continuar la obra? ¡La Divina Providencia proveerá!

Así son las fantásticas "locuras" de los Santos. Y siempre logran su intento: es sólo cuestión de Fe, y Fe muy profunda.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 24


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 24
UN NUEVO CAMINO A LA SANTIDAD



“A quien quiera seguir de cerca al Divino Maestro con las observancias de los consejos evangelicos esta habierta la casa de San José.”. (San José Marello)



El 14 de marzo de 1878 en la capilla del orfanato del Michelerio en Asti cuatro jóvenes, de los cuelas conocemos los nombres: Jorge, Pedro Luis, Vicente, Luis (en italiano: Giorgio, Pietro Luigi, Vincenzo, Luigi) aceptaban del sacerdote José Marello la invitación a empezar una nueva, moderna sociedad religiosa, que más tarde sería la congregación de los Oblatos de San José.

Era un gesto de gran coraje, porque no les hacia ninguna promesa de futuros triunfos; más bien todo parecía que terminaría en una pobre aventura, tanta era la pobreza.

Pero aquí estaba la característica de la nueva obra: exactamente en estar desligado de todo estorbo y traba material, para un lanzamiento desinteresado y total.

No hubo ningún vino de honor para celebrar la fecha, la “miseria” no admitía ningún despilfarro. El cuarto donde los cinco habían izado su bandera contenía muy pocas cosas. Lo más sobresaliente, que era centro y símbolo de todo: una estampa de San José, sin marco.

Pero San José era, por voluntad del fundador, el titular, el Gerente, el empresario de la nueva sociedad. Era el Modelo que debían dar el nuevo estilo de apostolado que constituía la base de la congregación.

José Marello quería proponer al mundo la bellísima familia de Nazaret y la nueva sociedad tenia que hacer revivir las grandes glorias de la Sagrada familia: trabajo, silencia, Amor.
Más que todo amor de familia. Dios siempre ofrece nuevas formas de Santidad a las nuevas civilizaciones.

El Michelerio era un orfanato fundado en 1860 por el Can. Cerruti y la señorita Michelerio y trasladado al nuevo edificio del Gesú en enero de 1873, antiguo convento franciscano, expropiado por el gobierno italiano años antes, y ahora comprado con el permiso de la santa sede para devolverlo a uso religioso.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 23


Semáforo 23
FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 23
VERDADEROS FRENOS “DE PODER”



“Seamos mansos de corazón, practiquemos la mansedumbre, la humildad, la dulzura: se gana más con la dulzura que con la rudeza. Aprendamos de nuestro Divino Maestro que era toda dulzura y suavidad.”. (San José Marello)




También esta vez es don Cadario quien nos habla. Esto pasó en el comedor del seminario de Asti.
Aquel día me tocaba a mi leer durante el almuerzo, como se acostumbraba hacer en los seminarios y los internos en aquel tiempo durante la comida…
Todo seguía normal hasta un cierto momento. Después no sé qué me vino en mente. En lugar de leer del libro que yo tenía en manos, empecé con bastante malicia a inventar “historias” muy extrañas… entre otras cosas saqué la historia de un rey de África que hacía tonterías y media; en fin, yo estaba diciendo fanfarronadas de tal magnitud que todos se pusieron a reír. Yo mismo e sentía arrastrado por las carcajadas de los seminaristas y no podía seguir adelante.
El Can. Marello que controlaba la discplina se me acerco con la cara encendida.
En verdad yo esperaba, todos esperaban, un cocacho o una bofetada, un gesto violento que yo me había merecido.
Nada. Me miró largamente, yo leía en sus ojos un disgusto tan grande… me quede muy mal, peor que si me hubiera castigado. Me hizo volver a mi asiento.
Ya no pude comer: el silencio se apodero de todos hasta terminar el almuerzo.
Yo sentía que había hecho una muy mala fugada y algunos de mis compañeros me lo hicieron notar.
Después del almuerzo fui a buscar al canónigo:
- Señor Canónigo, grite llorando, no volveré a hacerlo.
- Por supuesto, -respondió sonriendo-. No debes hacerlo nunca jamás. No le gustaría al Señor.

Pero paso tiempo antes que dejara de llorar amargamente. Esta forma de autocontrol de Marello creo que salvo al muchacho de una posible mala reacción. Al fin, había si o solo una broma.


Es cosa buena dejar que pase la cólera antes de castigar.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 22


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 22
AMOR A LA JUSTICIA


“Desprendamos el corazón de las cosas de la tierra: los esfuerzos, los sacrificios que tenemos que hacer no son nada en comparación con la paz del corazón y la recompensa eterna que nos da el Señor”. (San José Marello)



José Marello respetaba la justicia escrupulosamente. Con respeto a esta virtud tenemos un acontecimiento muy bonito, como lo cuenta el Hno Benedetto Coppo, una de las figuras mas simpáticas y alegres de los Hermanos Coadjutores.
Hay que saber que el Hno. Benedetto no era solo el sastre del Instituto de Santa Chiara, era también el maestro de ceremonias y gran sacristán en nuestra iglesia. ¡Una iglesia a la cual le hacía falta muchas cosas! Y así el Hno. Benedetto se las ingeniaba para juntar cuanto necesitaba para las sagradas ceremonias.
Como él tenía mucha amistad con el sacristán de la catedral de Asti, el Señor Ferraris, un día le dijo:
- Escúcheme, ¿no tiene usted, señor Ferraris, un cáliz de segunda mano para prestarme para Santa Chiara?
Ferraris, que para el Can. Marello habría hecho cualquier cosa, pensó un momento; y después dijo:
- Para Santa Clara tengo todo. Venga, Venga.
Y regalo al Hno. Un cáliz de metal repujado, que ya no se usaba.
- Tome esto; no es nuevo, pero está todavía bueno. Aquí hay tantos y esto no sirve. Nadie se dará cuenta de la falta, estoy seguro.
Pero el Can. Marello se dio cuenta inmediatamente al ver aquel cáliz nunca ante visto en la sacristía de Santa Chiara.
- Hno. Benedetto, -dijo-, ¿Cómo es que esta aquí? Me parece haberlo visto en la sacristía de la catedral…
- Sabe, Padre, me lo ha dado el señor Ferraris, porque allá no lo necesitan. Se lo he pedido yo…
Hno. Benedetto, no es una cosa justa. El Señor Ferraris no está autorizado a hacer regalos de esa clase. Ahora habrá que indemnizar a la Catedral.


Y así se hizo, naturalmente él lo hizo.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 21


FRENTE AL SEMÁFORO
RESPETO A LOS JÓVENES
Semáforo 21


“Que San José nos enseñe como cuidar a nuestros alumnos, o mejor, que ellos mismos los cuide”. (San José Marello)




Lo cuenta Don Pedro Cadario, en aquel tiempo alumno de madia en el seminario de Asti. Así dice el:

“En 1974 el Can. Marello era profesor de religión en el seminario. Su hora de clase era la más esperada.

Pero una vez yo, joven seminarista de Castagnole Monferrato, pienso que no había podido prepararme para la siguiente clase de historia. Mientras Marello explicaba su lección, yo, medio escondido detrás de un alumno, me puse a estudiar historia.
El profesor que tenía los ojos bien abiertos controlando a los alumnos con la mirada, fácilmente se dio cuenta de lo que estaba haciendo yo.

No me grito: pero me di cuenta que me había descubierto. Me esperaba una pregunta repentina que me habría hecho hacer un papelón ante todos ms compañeros… empecé a ponerme rojo, agitado por el miedo.

No paso nada. Pensé que me llamaría al salir de la clase para darme una buena reprimenda. Así se hacía en aquel tiempo. Nada.
Mi conclusión fue que él no se había dado cuenta, probablemente, y que mi miedo era fruto del remordimiento de la conciencia.
Pero al terminar la lección siguiente, el Can. Marello hablo con tanta fuerza del deber de prestar atención a la lección del catecismo, que yo entendí muy bien que el indirectamente hablaba de mí: habían querido corregirme sin avergonzarme ante los alumnos.
Nunca pude olvidar tanta delicadeza hacia mí, que era solo un muchacho.

Como se decía antiguamente: al muchacho se le debe el máximo respeto.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 20


FRENTE AL SEMAFORO
¡QUE BIEN ORA!
Semáforo 20



“Que nuestra boca este siempre llena de las alabanzas de Dios, empezando en esta tierra el himno de alabanzas que esperamos continuar eternamente en el cielo”. (San José Marello)




- Mira, con que devoción reza aquel sacerdote debe ser un verdadero santo.
Así decía la gente de Castagnole Monferrato, mirando a José Marello en oración.
- Para conocer al canónigo Marello, bata fijarse en la modestia y compostura con que reza él el oficio divino.
Esto lo decía a los canónigos de Asti, gente que sin duda era toda una autoridad en estos asuntos.
- Ustedes los Oblatos tiene en su fundador y superior un modelo de las sagradas ceremonias. Así decía a nuestros clérigos el maestro de ceremonias del seminario de Asti.

Cuando los seminaristas iban a la catedral de Asti para las ceremonias litúrgicas solemnes, muchos trataban de ponerse en posición favorable para contemplar al canónigo Marello: como rezaba en el coro, erguido, sin apoyarse nunca, exactamente como uno que sabe que se encuentra en la presencia real de Dios.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 19


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 19
LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA 



“Jesús nos ha dado así mismo en el santísimo Sacramento, permitiéndonos recibirlo cada día. La Eucaristía nos une realmente a Dios y es nuestro paraíso”. (San José Marello)



La Santísima Eucaristía era verdaderamente el polo de atracción de los sentimientos del Marello.

Entre otras cosas exigía que el altar en que se conserva el santísimo Sacramento fuera cuidado con el máximo orden y par esto no escatimaba gastos.

“La gente, - decía de él-, al ingresar al templo debe captar en seguida donde habita Jesús Sacramentado.”

Todavía clérigo se había hecho propagador de la comunión frecuente: lo que en aquel tiempo era algo raro, por algunas ideas rigurosas que circulaban también en los seminarios e institutos religioso: ideas que exigían una forma equivocada de respeto a la Eucaristía.

José Marello, todavía clérigo había sido cuestionado por unos superiores por su manía presuntuosa de recibir con frecuencia la comunión. 

Como sacerdote fue apasionado divulgador de la Santa Misa.
En el mes de febrero de1887 la ciudad de Asti fue sacudida por un temblor. Mientras él en la capilla de santa Chiara estaba celebrando la misa y estaba por repatir la comunión un sacudon alarmo a los fieles: estos asustado se echaron a correr hacia las puertas el miedo y el griterío eran grandes: el canónigo Marello se quedó parado ante el altar, sereno y tranquilo.

- Calma, calma, - repetía-, no tengan miedo. Salgan; como quieran, pero con calma. Estamos siempre en las manos de Dios.
Y tranquilamente termino la misa. El no olvidaba que Jesús en la Eucaristía es una persona viva.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 18


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 18
VISITA A LA CARTUJA



“Oremos, estos días la oración es el más grande y poderoso apostolado”. (San José Marello)



En 1876 José Marello fue a visitar la Cartuja de Pavía, un famoso y artístico monasterio de los cartujos.

En ese tiempo la cartuja no estaba abierta al Publio, y en ella no se celebraba ninguna función religiosa. En efecto, los cartujos habían sido expulsados por el gobierno. Hasta la hermosísima iglesia había sido convertida en almacenes del estado.

Esto es lo que paso en la visita de José Marello, como describe el Señor Sasso, custodio de la cartuja.

- Después de dar una vuelta por la iglesia (ya no iglesia), el canónigo Marello se fue al coro y se puso de rodillas. Oraba con tanta devoción que yo me quede maravillado; nunca había visto un sacerdote orar así en una Iglesia…

Casi sin darme cuenta me puse de rodillas yo también.
Cuando se puso de pie le pregunte, por curiosidad quien era.
- Un canónigo de Asti, me contesto. Eso, nada más.

Pero su imagen se quedó grabada en mi memoria y lo reconocí unos años después, durante cuando un viaje de Acqui tuve que presentarme al Obispo: era él, él mismo…

Recuerdo que dije al canónigo Mazzatti:
- Acqui tiene la dicha de un obispo que reza con mucha devoción.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 17


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 17
PARECE SAN LUIS



“Si practicamos la misericordia, no tendremos nada que temer delante del tribunal de Dios, porque quien practica la misericordia, obtendrá también misericordia”. (San José Marello)



Fue exactamente en la escuela de su obispo donde José Marello se modeló en un nuevo molde, molde de bondad, aprendiendo a controlar sus impulsos, aquellos empujones muy fuertes que saliendo un corazón y de una mente llena de ideas y tensiones apostólicas, pero a veces muy poco evangélicas en la manera de expresarse.

Se sabe que los jóvenes les gustan las cosas hechas con rapidez, a la carrera, inmediatamente, también en el apostolado, cambiar el mundo, cambiar la sociedad utilizando la energía atómica.
José Marello era un sacerdote de ese tipo. Fue en a la escuela de Mons. Savio, escuela de ejemplos, donde pudo hacerse como lo conocemos: un modelo excepcional de bondad y amabilidad.
Su cara presentaba una agradable expresión de bondad que tan más fácilmente los valores sinceros y naturales.

El canónigo Carpignano nos cuenta: “Cuando Mons. Savio vino a Solio para la visita pastoral lo acompañaba el secretario José Marello. Los jóvenes del pueblo se quedaron admirados de su modestia angelical y sonriente.

- ¡Mira que linda presencia tiene ese sacerdote!, decía. Sí, parece un San Luis. Yo iré a confesarme con él. Pienso que es muy bueno.
Y así ya desde entonces se presentaba con su apariencia característica de suavidad y bondad. Más tarde de Obispo la gente viéndolo pasar quedaba boquiabierta y decía: ¡Parece el Señor !

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 16


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 16
PARA UN AMIGO… DE TODO CORAZÓN



“Hay que ejercitar la caridad con todos, sin preguntar quiénes son, ni de dónde vienen, sino únicamente porque representan a Cristo”. (San José Marello)



Para José Marello la amistad no fue solo algo sentimental. Fue más bien siempre un compartir mutuo de los gozos y dolores del amigo.
1874, Era secretario del obispo, conocía muy bien lo que pasaba en la diócesis de Asti. Así supo lo que había pasado al joven párroco del Camerano de Asti, su muy querido amigo don Motta.

Le afligía una forma grave de oftalmitis y se había puesto casi ciego. Como consecuencia se encontraba muy incómodo en su trabajo por estar solo. Don José decidió inmediatamente correr en su auxilio: quería serle útil, ayudarle no solo físicamente en sus actividades, sino también moralmente con su presencia.

Se presentó al obispo y pidió ser exonerado por un tiempo de su cargo de secretario, lo necesario para trasladarse a Camerano. El obispo asintió y José dejo su despacho provisionalmente a un clérigo. Rápido se fue a Camerano al lado de su amigo.

Podemos imaginar la satisfacción del amigo al tener a su lado al ex–asistente y compañero de estudios, fiel amigo de aventuras. Don José se quedó en Camerano más de dos meses en los que aprovecho, más que todo, para alentarlo en la confianza en Dios.
Lo dejo para volver a su trabajo de secretario cuando al amigo le dieron un buen ayudante. Es otro ejemplo de la verdadera amistad que nos afrece el Marello.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 15


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 15
UNA PALIZA HONROSA   


“El que está preocupado y lleno de angustia en su obra, ofende a Dios y no dice de corazón el Padre Nuestro. Aceptemos con sencillez y corazón abierto o que Dios nos depara, sin ansiedad ni melancolía”. (San José Marello)   




Don José Marello recién ordenado sacerdote sentía un llamamiento muy fuerte al apostolado vino entre la gente especialmente entre jóvenes.  Esta vocación se hace evidente e todas sus escritos. Tenía un corazón lleno de ideas religiosas y sociales para beneficio de la gente pobre, de la juventud juzgada demasiado duramente. 

Y así de vuelta de su pueblo donde había celebrado sus primera Misa esperaba con ansia conocer el hombre del pueblo donde sería enviado por el obispo.  Se sentía capaz de trabajar fuerte, crear nuevas situaciones y digámoslo francamente, tenía también algo de revolucionario. 

Por eso debe haberle caído como una ducha fría la invitación que le hizo el obispo por la gran estima que le tenía: - Ud. será mi secretario. No ningún pueblo; Ud. se quedara conmigo.   

Él había deseado un campo de batalla, una frontera done desarrollar un mundo nuevo al contario le ofrecen un trabajo en los servicio logístico. En la conversación con el obispo, no para rebelarse, sino por convicción personal había tratado de conseguir la libertad del apostolado abierto para ser un soldado del reino de Dios.   

El obispo tenía otra opinión y no cedió. - Acepte, Don José; verdaderamente necesito de un joven inteligente, serio, alegre que sepa tratar con todo mis sacerdotes, especialmente con los jóvenes. Yo sé que a Ud. lo quieren…   ¿Qué podía decir en contra Don José? Acepto serenamente la obediencia. 

Había hablado mucho de la obediencia cuando era asistente, ahora no odia negarse a obedecer. Por otra parte, el tendrá siempre la certidumbre de que la obediencia es la virtud de la grandes realizaciones, en todo campo. - Acepto, monseñor, dijo, tengo solo el deseo de saber y poder hacer lo que Ud. espera de mí. Más tarde entenderá que Dios le había preparado un provenir mucho mejor, también como apostolado. Con mucha frecuencia  sucede que solo después comprenderemos el valor de un sacrificio.