LAS OBRAS BUENAS NOS ACERCAN AL CIELO
Cada acción buena nos lleva al cielo, por eso, vivir haciendo el bien es la mejor forma de aprovechar la vida. Las obras buenas son los caminos que nos llevan directamente al cielo. En este sentido, toda persona que hace el bien se está acercando más a Dios, ninguna obra buena queda sin recompensa. La satisfacción de la vida humana está en servir con alegría a Dios en la misma realidad cotidiana. Vivir en este mundo es la mejor oportunidad que Dios nos ha dado a los humanos para que perseverando en el buen obrar podamos alcanzar la felicidad, perfeccionar nuestra vida, sobre todo, llegar un día a la Gloria eterna.
Jesucristo nuestro Señor nos ha facilitado el camino a la eternidad cuando se hizo hombre, por eso, en conocer, amar y servir a Cristo con todo el corazón y con todo nuestro ser está la salvación de cada individuo. En efecto, vivir en Cristo significa aceptar la realidad cotidiana como un don maravilloso de Dios donde podamos santificarnos, compartiendo la vida con nuestro prójimo. La gracia y el amor de Dios son la fuerza y la energía que nos impulsan a volar muy alto hasta estar muy cerca de la meta final. El mundo es el lugar más adecuado para demostrar nuestra fidelidad y respeto a Dios y al prójimo. La sociedad es el ámbito donde tenemos que ejercernos en la virtud evangélica y poner en práctica los valores del Evangelio de Cristo.
Por consiguiente, no es necesario ir contra corriente para alcanzar la meta, así nunca se va adelante, sino se retrcede, porque, ello implíca rechazar la obra de Dios considerando imperfecta, cada día más estoy convencido, que el camino angosto que conduce al cielo es vivir plenamente amando a Dios y al prójimo en el mundo. Por lo mismo, Dios no quiere que rechaces lo que él mismo con amor y sabiduría ha creado, nada de lo que Dios ha hecho puede ser malo, todo lo hizo muy bien. Por tanto, vivir en santidad no es ir contra corriente sino asumir las oportunidades según la Voluntad de Dios, porque, la vida eterna es cumplir la voluntad de Dios ¿qué es la voluntad de Dios, sino vivir la vida cotidiana con amor y perfección?.
Las cosas que nos hacen indiferentes y sutilmente alejados de Dios, viviendo un ateísmo práctico, son los antivalores, los vocios, el mal y el pecado, es decir, nuestra propia libre elección de hacer lo contrario a los mandamientos de Dios, es vivir contra la vida y la familia, es hacer cosas contrarias a nuestra conciencia y que atenta contra la ética y la moral. En efecto, sólo el necio y el soberbio puede negar a Dios con su mal obrar, y rechazar la misericordia de Dios con su negación y mentira. No olvidemos que la mentira y la malicia son las causantes de esclavizarnos en las cadenas de Satanás.
Sólo quien vive en la verdad y el amor es capaz de alcanzar el cielo, y vivir la verdadera libertad de los hijos de Dios, el que trabaja con honestidad y dignidad comerá con la frente en alta el pan del cada dia y el pan de los ángeles. En este sentido, si quiere llegar al cielo comienza a mejorar tu vida haciendo el bien y alejándote del mal y de todo pecado. Es decir, conviértete y comienza a cumplir la Voluntad de Dios (Marcos)
+ P. Marcos Trujillo Reaño Osj
20 de agosto de 2019