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domingo, 16 de febrero de 2025
UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DEL MES DE MARZO, MES DE SAN JOSÉ
Una reflexión para cada día del mes de marzo, mes de San José
La Iglesia dedica el mes de marzo a San José. A continuación, podrán leer una reflexión para cada día de dicho mes.
Día 1º- Padre de Jesús. Escogido por el Eterno Padre, con amor previsor, para ser un padre para Jesús, tú, oh san José, has sido uno de los principales interlocutores en el plan de la salvación, según las promesas de Dios a su pueblo.
Ayúdame, san José, a leer hoy, el proyecto de Dios sobre mi vida, conforme a su plan de salvación.
Día 2º- Hombre de los proyectos divinos. Durante tu vida, tú, san José, no te has preocupado por hacer cosas grandes, sino por cumplir bien la voluntad de Dios, inclusive en las cosas más sencillas y humildes, con mucho empeño y amor.
Enséñame, san José, la prontitud en buscar y realizar la voluntad de Dios.
Día 3º- Esposo de la Madre de Dios. Después de la perturbación inicial, oh san José, tu ‘sí’ a la voluntad de Dios fue claro y preciso, aceptando a María como tu esposa. Fue por tu ‘sí’ que Jesús formó parte, a pleno derecho, de la estirpe de David ante la ley y ante la sociedad.
Te confiamos, oh san José, a todos los padres, para que, siguiendo tu ejemplo, acepten en los hijos el don inestimable de la vida humana.
Día 4º- Hombre del silencio. Junto a Jesús y a María, san José, fuiste hombre del silencio. Tu casa fue un templo. ¡Un templo donde lo primero fue el amor!
Enséñame, oh san José, a dominar mi locuacidad y a cultivar el espíritu de recogimiento.
Día 5º- Hombre de fe. Aún más que Abraham, a ti, san José, te tocó creer en lo que es humanamente impensable: la maternidad de una virgen, la encarnación del Hijo de Dios.
Fortalece, oh san José, a quien se desanima y abre los corazones para confiar en la Providencia de Dios.
Día 6º- Hombre de la esperanza. Oh San José, tú has vivido en una actitud de serena esperanza ante la persona de Jesús, de quien, durante tu vida, jamás pudiste vislumbrar algo que revelara su divinidad.
Aumenta, san José, mi capacidad de esperanza, alimentando el aceite para mis lámparas de espera.
Día 7º- Hombre del amor a Dios. Oh san José, tú diste pruebas de entrega plena y total a tus seres queridos, Jesús y María, y con ello dabas gloria a Dios.
Enséñame, oh san José, a amar a Dios con todo mi corazón, con toda mi mente y con todas mis fuerzas, y al prójimo como a mí mismo.
Día 8º- Hombre de la acogida. Oh san José, tu trabajo te llevaba a relacionarte a menudo con la gente, y en ello diste pruebas de atenta cortesía y de calurosa acogida.
Oh san José, ¡que yo sepa descubrir aquellos gestos que me hacen imagen viva de la disponibilidad con que Dios nos recibe tal como somos!
Día 9º- Hombre del discernimiento. No te fue tan fácil, oh san José, discernir entre las circunstancias de la vida lo que Dios quería de ti para tu misión y tu familia.
Ayúdame, oh san José, a intuir entre los acontecimientos del día el paso de Dios por mi vida.
Día 10º- Hombre de la docilidad. ¡Qué hermosa fue tu docilidad, oh querido santo, en actitud de constante atención a la Sagrada Escritura y a la voluntad de Dios!
Aleja de mí, oh san José, la presunción, el apego tonto a mis opiniones, la obstinación de seguir sólo mis ideas.
Día 11º- Hombre de la entrega. Tú, oh san José, no perdías tiempo en cosas vanas e inútiles y no obrabas con disgusto o mala gana.
Ayúdame, oh san José, a no ser flojo en mis responsabilidades, sino a dedicarme a mis quehaceres con la máxima entrega.
Día 12º- Hombre de la sencillez. Ser persona sencilla como tú, oh san José, no es sólo una dimensión del carácter, sino una virtud adquirida con el esfuerzo diario de hacerse disponible a los demás.
Ayúdame, oh san José, a no ser persona complicada, retorcida, e inaccesible, sino amable, sencilla y transparente.
Día 13º- Hombre de la confianza. Tu seguridad, oh san José, se cimentaba en la atención y adhesión constante a la voluntad de Dios, tal como iba manifestándose día tras día.
Haz, oh san José, que yo tenga la seguridad de quien confía en Dios, sabiendo que en cualquier situación, aunque adversa, estoy en sus manos.
Día 14º- Hombre de la paz. Tú, oh san José, como padre has educado a Jesús adolescente hacia aquellos valores que luego Él predicó, proclamando felices a “los que trabajan por la paz”.
Oh san José, ayúdame a promover la paz en mi propia familia y en el ambiente donde vivo y trabajo.
Día 15º- Ejemplo de humildad. ¡Cómo te sentías pequeño a tus ojos, oh san José! ¡Cómo amabas tu pequeñez! Siempre en la sombra, mantuviste tu vida bien escondida para responder al proyecto de Dios.
Ayúdame, oh san José, a huir de la vanagloria. Haz que encuentre gusto en la humildad y en relativizar mis intereses personales.
Día 16º- Ejemplo de fortaleza. Sin duda, oh san José, tu fortaleza, como jefe de familia, fue fundamental en los momentos cruciales que los Evangelios nos dejan entrever. Pero seguramente se consolidó luego en el trabajo de cada día.
Ayúdame, oh san José, a no desfallecer frente a las tentaciones, fatigas y sufrimientos.
Día 17º- Ejemplo de obediencia. Fue admirable tu obediencia en lo poco que los Evangelios nos revelan. Obedecer, casi a ciegas, a lo que las circunstancias iban indicándote como querer de Dios.
Aleja de mí, oh san José, todas las excusas que mi egoísmo y flojera me presionan para no cumplir la voluntad de Dios.
Día 18º- Ejemplo de justicia. El evangelio te definió hombre justo, querido san José. Lo cual para nosotros ahora significa ser persona que actúa para con Dios y los hombres con rectitud y honestidad.
Alcánzame, oh san José, la ayuda para mantener actitudes sanas en mis relaciones con Dios y los hombres.
Día 19º- Ejemplo de prudencia. Tu prudencia, querido santo, se manifestó en la correcta valoración de las circunstancias para tomar en tu vida aquellas decisiones que mejor favorecían a tu propia familia.
Haz, oh san José, que yo no tome decisiones importantes sin antes valorar bien a quienes realmente puedan afectar.
Día 20º- Ejemplo de pobreza. La vida pobre y escondida en Nazaret, a lado de tus seres queridos, te llevó, querido santo, a ser un trabajador responsable y activo, sin escatimar sacrificio alguno.
Obtenme, oh san José, la gracia del espíritu de pobreza, siendo responsable en mis quehaceres.
Día 21º- Ejemplo de gratitud. Nadie después de tu esposa, querido san José, recibió, de la bondad de Dios, tanto como tú. Y después de María, nadie cultivó tanto un corazón agradecido por los dones recibidos.
Haz, oh san José, que yo sea consciente de los dones que Dios me otorga cada día.
Día 22º- Ejemplo para los obreros. Como cada uno de nosotros, también tú, oh san José, sentiste la fatiga y el cansancio del trabajo de cada día.
Ayúdame, oh san José, a valorar la dignidad de mi trabajo, sea cual sea, y a cumplirlo con entusiasmo y responsabilidad.
Día 23º- Ejemplo de la misión. Aunque con una vida escondida, tú, oh querido santo, has cumplido una misión específica, única e irrepetible en la historia.
Haz, oh san José, que yo pueda con la palabra y con el testimonio de vida, colaborar en la misión de la Iglesia para la construcción del reino de Dios.
Día 24º- Custodio de la virginidad. Como esposo de la Madre de Dios cuidaste con amor casto su virginidad respondiendo así al proyecto de Dios.
Haz, oh san José, que yo viva con responsabilidad mi vocación específica, educando y fomentando mi capacidad de amar.
Día 25º- Consuelo de los que sufren. Oh san José, tu vida no estuvo exenta de la sombra del dolor, que has asumido con mucha serenidad y paz del corazón.
Ayúdame, oh san José, a darme cuenta de que una vida de amor no puede estar exenta de la sombra del sufrimiento para que encuentre el camino hacia la verdadera felicidad.
Día 26º- Esperanza de los afligidos. En tu vida, oh san José, no todo fue claro y fácil de comprender. Sin embargo, supiste ubicarte siempre con la seguridad que te daba la esperanza de estar en las manos de Dios.
Te ruego, oh san José, de consolar hoy a todos los que están afligidos por cualquier causa. Llena sus días de personas amigas y desinteresadas.
Día 27º- Patrono de los moribundos. Tú, oh san José, tuviste la suerte de morir asistido por Jesús y tu esposa María. ¡Nadie podría desear algo mejor en el momento más decisivo de su vida!
Asísteme, oh querido santo, en el momento de mi muerte.
Día 28º- Amparo de las familias. Oh san José, la Escritura afirma que a lado tuyo y de María, Jesús “crecía en edad, sabiduría y gracia”.
Te ruego, oh san José, por los niños y los jóvenes para que encuentren en su familia y en la comunidad el ambiente ideal para crecer sanos y felices.
Día 29º- Modelo de vida doméstica. Oh san José, en la Familia de Nazaret asumiste plenamente tu responsabilidad, con espíritu de colaboración y de humildad.
Haz, oh san José, que los padres sepan unir todas las potencialidades del amor humano con una buena vida cristiana.
Día 30º- Terror de los demonios. Oh san José, fortificado por la Palabra de la Escritura, has podido vencer las tentaciones siempre.
Libera, oh san José, mi corazón y mi mente de toda tentación, para que sea un buen cristiano y un honrado ciudadano.
Día 31º- Patrono de la Iglesia Universal. Oh san José, por la misión que te fue confiada, asistes a la Iglesia de Cristo, haciendo que camine siempre en la verdad y en el amor, para ser luz del mundo.
Guía, querido santo, a la Iglesia de Cristo en el camino de la santidad, para que sea siempre más eficaz y alegre anunciadora del Evangelio.
viernes, 8 de noviembre de 2024
365 DÍAS CON SAN JOSÉ - MEDITACIONES DIARIAS MES DE JUNIO
Junio 1
Que todos sean uno, para que el mundo crea, pidió Jesús para nosotros antes de su Pasión. Quería darnos esa comunión que Él había vivido primero en Nazaret junto a José y María, donde la concordia de los corazones fue más fuerte que todas las dificultades. Nuestro corazón se abra para recibir la gracia de la comunión con Dios y los hermanos, a ejemplo de san José y María. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 2
San José tuvo un privilegio que para él fue seguramente una fuente inagotable de gozo durante su vida. Ayudó a Jesús a nacer y a dar sus primeros pasos. También nosotros ayudamos a Dios en la pobreza que Él asume en cada uno de nuestros hermanos carenciados. Que san José nos ilumine para que veamos en cada necesitado la ocasión de servir y amar a Dios. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 3
Fueron difíciles los caminos que san José tuvo que recorrer para cumplir la misión que Dios le había encomendado, pero él nunca dejó de lado la confianza en la divina providencia; ese amor sabio de Dios hace que todo colabore para el bien de los que ama. Él lo sabía, que nos dé a nosotros hay esa certeza. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 4
El amor de san José por Jesús y María tenía una ternura llena de delicadezas. Buscaba que siempre estuvieran seguros y confortables y disimulaba el propio cansancio y la angustia frente a las dificultades. Y llenaba cada momento de la vida común con gestos de comprensión y de esperanza. Que también nosotros podamos hacerlo, por la intercesión de san Jose. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 5
En san José estaban presentes a la vez una comprometida vivencia y un sólido conocimiento de la revelación de Dios, que sin duda enseñó al niño Jesús. Todas las familias están llamadas como él a conocer y amar a Dios recibiéndolo en su seno y aprendiendo en su presencia a discernir y a cumplir su voluntad. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 6
Por Jesús en la cruz, todos fuimos redimidos; que por intercesión del Padre de Jesús, sigamos trabajando nuestro espíritu, para que alcancemos la gloria de la eternidad. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 7
Por el bautismo nuestros pecados son perdonados. Que la presencia del glorioso Patriarca acompañe nuestros pasos, para que cada día nos alejemos de todo lo que puede disgustar a Dios. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 8
Siendo san José el elegido para intervenir como tutor de los designios divinos, y porque eres fidelísimo patriarca, te pedimos que también nosotros seamos fieles a los designios que nuestro Padre nos interpela cada día. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 9
Y el tiempo favorable para que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros era el que Jesús mismo indicó: es necesario que me vaya para que venga a ustedes el Paráclito; él les dirá todo. Glorioso san José, que siempre seamos obedientes a tu Espíritu Santo que nos da vida y vida en abundancia. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 10
Mientras Jesús convivía con sus discípulos, su protección estaba asegurada; pero al retirarse por orden del Padre, les dijo: Estaré con ustedes hasta el fin del mundo. Ayúdanos san José a estar siempre con Jesús. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 11
El Espíritu se goza en habitar nuestros corazones, y nos hace exclamar confiadamente Abba, es decir Padre, dándole constantemente fuerzas para practicar la virtud y vencer a nuestros enemigos. Glorioso san José, que aprendamos de tu fidelidad. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 12
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, vemos testimonios contundentes de cómo el Espíritu de Dios transforma y comunica una vida nueva en aquellos que habita. Que por intermedio de san José, podamos ser siempre espejo del Espíritu Santo. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 12
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, vemos testimonios contundentes de cómo el Espíritu de Dios transforma y comunica una vida nueva en aquellos que habita. Que por intermedio de san José, podamos ser siempre espejo del Espíritu Santo. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 13
La transformación que obra por el Espíritu Santo da fuerzas a nuestros corazones; que por intermedio de María y san José tengamos la fuerza suficiente para cumplir la misión de ser buenos cristianos. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 14
María y José fueron fortalecidos por el Espíritu Santo; no se dejaron intimidar ni por parientes o amigos, sino que permanecieron tenazmente unidos al amor de Cristo. Que por intercesión de ellos, se nos otorgue la misma gracia de ser fieles y fuertes. Así sea.
Junio 19
San José, tu pureza de corazón y de acciones aun hoy son ejemplo de tu dignidad de hombre de fe. Que por tu ejemplo lleguemos también nosotros a ser puros de corazón, y que ello se manifieste en todas nuestras obras. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 15
El evangelio nos dice que san José fue el “varón justo”. Su santidad fue ciertamente única. Que por su mediación nosotros obtengamos la gracia de ser santos, como solo él supo serlo. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 16
La fe de este santo fue única, después de la de María, por haber creído sin titubeos cuando el ángel le habló en sueños. Danos a todos, san José, esa fe y esa esperanza inquebrantable, que supiste tener y conservar. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 17
¡Y qué podríamos decir de la caridad y humildad en san José! Fue el hombre más humilde y caritativo. Que de su ejemplo y virtud podamos contagiar nuestro corazón. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 18
Recordamos lo ya dicho: su amor a Dios y al prójimo eran como un océano sin límites. Su ternura para con el Niño, sus besos y sus abrazos de padre, tampoco tenía límites. San José, danos un corazón semejante al tuyo. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 19
San José, tu pureza de corazón y de acciones aun hoy son ejemplo de tu dignidad de hombre de fe. Que por tu ejemplo lleguemos también nosotros a ser puros de corazón, y que ello se manifieste en todas nuestras obras. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 29
Querríamos persuadir a todos que fueran devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tenemos de los bienes que alcanza a los que recurren a él. Que a ejemplo de Santa Teresa, también nosotros contemos con su bendición y protección. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 20
En cuanto a la virtud de la humildad, fue quien mejor supo imitar a su Hijo adoptivo. San José enséñanos a ocupar en la vida el lugar que nos corresponde. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 21
En tu humilde taller ocultaste tu grandeza. Que por tu intercesión san José, cada uno de nosotros aprendamos a ser humildes y generosos. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 22
Tu obediencia total a la voluntad del Padre, es para nosotros signo de entrega incondicional. San José, que por tu intercesión podamos ser obedientes a la voluntad del Padre en cada una de las acciones cotidianas. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 23
Danos también a nosotros fidelidad incondicional, paciencia inquebrantable, conformidad a toda prueba, constancia en el bien obrar y oración constante, como no podía ser de otra manera estando con Jesús y María en nuestras vidas. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 24
Comunícanos también, glorioso san José, esa laboriosidad que no te permitió perder tiempo en la vida, confiando siempre en la providencia del Padre. Que en todo momento no nos olvidemos del prójimo. Amén
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 28
Que así como el glorioso san José supo alcanzar la gloria celestial, que podamos por su intercesión alcanzar las promesas que nos prometiera nuestro Señor Jesucristo. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 29
Querríamos persuadir a todos que fueran devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tenemos de los bienes que alcanza a los que recurren a él. Que a ejemplo de Santa Teresa, también nosotros contemos con su bendición y protección.
Así sea. (P. Florentín Brusa, cmf)
Junio 30
Toda persona que se ponga en manos de san José, y le pida alguna cosa con fe y esperanza, sin duda verá cumplida su necesidad.
Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
365 DÍAS CON SAN JOSÉ - MEDITACIONES PARA EL MES DE MAYO
martes, 21 de mayo de 2024
NOVENA EN HONOR A SAN JOSÉ MARELLO - DEL 21 AL 29 DE MAYO
Fundador de la Congregación Religiosa Oblatos de San José



Congregación Oblatos de San José